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El reto
El plástico y los neumáticos fuera de uso (NFVU) son uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la gestión de residuos en la actualidad.
Los plásticos están en todas partes. Los análisis de agua, suelo e incluso organismos biológicos confirman esta impresión. Este es el resultado de un crecimiento anual en la producción global de polímeros que ha superado consistentemente el producto interno bruto global y el crecimiento de la población. Las propiedades de resistencia y durabilidad, que hacen que los plásticos sean tan útiles durante su vida útil funcional, son desventajas graves al final de su vida útil, ya que estos materiales se desechan abrumadoramente en vertederos o se filtran al medio ambiente.
Una gran fracción (40 %) de los plásticos de embalaje de residuos posconsumo se destina a vertederos, donde perderán casi todo su valor embebido. Además, solo el 2 % de todos los residuos de envases de plástico recuperados se devuelven a aplicaciones de la misma o similar calidad. Una gran fracción (40 %) de los plásticos de embalaje de residuos posconsumo se destina a vertederos, donde perderán casi todo su valor embebido. Además, solo el 2 % de todos los residuos de envases de plástico recuperados se devuelven a aplicaciones de la misma o similar calidad.

La solución
En este contexto, el próximo gran desafío para la química de polímeros es desarrollar materiales y procesos que puedan reciclarse de manera eficiente directamente en sus propios materiales de partida, es decir, reciclaje químico a monómeros (CRM) o a productos como fracciones de petróleo crudo. Los polímeros producidos a partir de materias primas monoméricas recuperadas no tienen pérdida de propiedades; además, el proceso recupera valor embebido y mitiga los efectos ambientales. Sin embargo, la capacidad de CRM no es suficiente para establecer una economía de polímeros ideal: el rendimiento de los polímeros debe satisfacer las demandas de diversas aplicaciones.